Tuesday, March 30, 2010

Suicidio y acoso adolecente



Nueve fueron arrestados por un crimen insólito: provocar un suicidio. Lo otro sorprendente: los presuntos criminales son adolecentes, varones y mujeres. Sucedió hoy en South Hadley, Massachutes, EEUU. Se les acusa a los adolecentes de atormentar a una compañera de clase hasta el punto de que ella optó, a sus 15 años, ahorcarse de una soga en la escalera a la entrada de su casa. La víctima, Phoebe Prince, lo hizo un dia de enero luego de un día particularmente pesado en la escuela, donde la fastidiaron por una relación que había terminado 6 semanas antes.

Los cargos oficiales incluyen abuso sexual, violación de derechos civiles con daño corporal, y acoso criminal. Los detectives estudiando el caso lo resumen como un suicidio provocado por meses de abuso emocional y físico, que ocurrió adelante de todos los alumnos y profesores en el colegio. Algunos pocos intervinieron, pero pocas veces e inconsistentemente.

De esta triste situación hay dos temas para conversar: suicidio adolecente y el acoso escolar o bullying. Frecuentemente van de la mano. El suicidio es un tema exageradamente asociado con la adolecencia, luego de tanta canción trágica de los 1950s sobre chicas que saltaban adelante de trenes por sus corazones rotos. La realidad es que cerca del 90% de la población mundial llega a pensar en el suicidio siquiera una vez en su vida. Es más, el grupo de edad donde es más prevalente el suicidio es los ancianos. Hace perfecto sentido si uno piensa en los temas deprimentes de la tercera edad, incluyendo la soledad, la enfermedad, y la proximidad a muerte. También es un grupo con alto uso de alcohol, drogas, y sexo promiscuo, pero hasta que los rockeros de los 80s cumplan la misma edad del número de esa década, no se va a difundir el concepto de la abuela perdidamente juerguera.

Lo que si es cierto es que los adolecentes coquetean bastante con temas de la vida y la muerte. Tiene un componente neurológico: la parte del cerebro que regula las emociones no llega a terminar su desarollo hasta cerca de los 23 años. Por eso los adolecentes tienen reacciones emocionales aparentemente exageradas y son tan impulsivos. En otra parte tiene que ver con elementos psicosociales: siguiendo las confirmadas pautas de Eric Erickson, la adolecencia es la etapa cuando uno trata de identificarse con un grupo social, y luego trata de definir su ser independiente. ¿Que mayor poder de independencia hay que definir si vives o mueres y cuando? Por eso hay tantos retos a la muerte durante esta etapa: carreras, saltos a vacios, peleas, actos criminales, deportes de aventura, e intoxicación alcólica. Pero si uno no se define a si mismo en forma positiva, siente un vacío que parece que nunca se va a acabar, y uno piensa que soportar 70 años más de aquello es una tortura. Irónicamente la calidad de vida no impacta esto: Suecia, el país que siempre queda rankeado como el que tiene mejor ratings en todos los aspectos de vida y que es famosamente liberal, tambien es el país desarollado con mayor proporción de suicidios.

Pero antes de siquiera tener la oportunidad de llegar a esa etapa de pensamiento, uno se define casi exclusivamente por el grupo al que pertenece. Ahí es cuando se ven a los adolecentes jóvenes alejándose del hogar para pasar mas tiempo con su grupo de amigos, y uniéndose a equipos, pandillas, barras, cliques sociales, clubes, o fanáticos de algo. Y es tambien donde hay mas competencia social, en el intento de destacar, y el que no tiene algo para destacar aprende a reducir a los otros. Para no quedar mal, otros les siguen. Ahi es donde se da el acoso. No importa si es un colegio mixto o separado por sexo, ni la clase social. La única diferencia ligera es en el tipo de acoso según género: los chicos tienden más a las peleas físicas, mientras que las chicas se dedican más al abuso verbal y emocional. Sin embargo, se dá de todo en cada grupo. Desgraciadamente también es la etapa donde el rechazo social afecta más a uno, y es ahí donde se ven reacciones suicidas y homicidas.

En el adolecente en riesgo se comienza a ver un incremento progresivo de tendencias auto-destructivas: riesgos, uso de alcohol y drogas, abandono de antiguas formas de ser, auto-mutilación, aislamiento, formas de rebeldía sutiles y luego abiertas. Pero como la mayoría de éstos son temas comunes de la adolecencia, es dificil de diferenciar al potencialmente sucidia. Ni siquiera las amenazas de suicidio, comentarios de la muerte, e intentos frustrados de suicidio son formas confiables de identificarlos. Lo que confunde es el tema de parasucidismo o suicidio falso: aquellos que toman poses suicidas para llamar la atención de otros o para expresar su dolor. La idea asumida es que recién otros podran notar tu dolor de esta forma. Realmente no quieres morir, sino amas a la vida tanto que te duela que todo siga así. La realidad es que es dificil matarte. Primero es lo práctico: la mayoría de cosas que nos podrían matar tienen que ser hechos de forma precisa. Se tiene que tomar cierta cantidad de cierta medicina, una bala tiene que atravesar ciertas partes del cerebro (sino pregúntele a Salvador Cabañas), se tienen que dañar ciertas partes del cuerpo, etc. Y somos muy cómodos o dramáticos para elegir nuestras formas de morir, y somos llevados por influencias sociales. Por ejemplo se ve una diferencia sexual en el suicidio: las mujeres tienen mas intentos de suicidio, pero los hombres son más exitosos al matarse. ¿La razón? Las mujeres tienden mas a utilizar la sobredósis y cortes (menos efectivos pero mas lentos y elegantes), mientras que los hombres eligen pistolas y autos – archi-símbolos masculinos y más efectivos - como instrumentos de suicidio. Los hombres no son menos dramáticos: no hace falta los que quieren morir como héroes, provocando situaciones para que mueran siendo abaleados por otros, lo que en EEUU se llama “suicidio por policía”.

La otra barrera es que psicológicamente estamos programados para sobrevivir, por lo que tenemos reflejos que interfieren a último momento. Tiene que gobernar totalmente lo que los freudianos se refieren como tánatos, el impulso de la muerte. Es un proceso raciocinio, y excluye a la gente que trata de suicidarse por ser increiblemente impulsivos (actuan sin pensar), ni los que lo hacen durante una intoxicación de alcohol o drogas, ni los que tan solo querian llamar la atencion con un falso intento de suicidio y se les pasó la mano. Se me viene a la mente el caso de una señora que se puso celosa de la atención que recibía su hermano durante su funeral, que se metió al baño y se tomó todas sus pastillas de golpe, con la esperanza de ser encontrada en llantos por sus familiares y la revivieran. Desgraciadamente no la encontraron por varias horas, y simplemente hubo un segundo funeral. Para intencionalmente matarnos o matar a otros tenemos que eliminar el lado que aprecia la vida. Esto solo se da con una depresión profunda donde uno siente que la vida es mas dolor que placer, o con programaciones brutales y abusivas. Miren como son entrenados los soldados: abusados hasta el punto de ser deshumanizados. De esta forma las víctimas de acoso diario o severo pueden llegar al punto necesario para querer suicidarse. Algunos llevan a racionalizar que son victimas, y son otros deben pagar por su sufrimiento y son los que ya no deberían vivir. Es ahí cuando se ven las masacres, los tiroteos sin sentido o aquellos que chocan avionetas.

Traduzcamos esto al mundo adolecente. Para disminuir los casos de suicidio y homicidio escolar se tiene que identificar a los que son victimas de acoso escolar y/o abuso en el hogar. El enfoque no solo debería ser en el suicidio. La tragedia de la Escuela Columbine y sus imitadores no son casos tan aislados, ya que estudios sugieren que un estudiante por promoción llega a fantasear con matar a sus compañeros y lo planea. Se debe dar terapia y aconsejar a estos jóvenes en riesgo, mientras que tambien se debe tratar, corregir, y sancionar a los que acosan. Se tiene que cambiar la cultura de profesores que se ríen y se unen a las supuestas “bromas”. Las bromas e insultos creativos entre adolecentes es parte del desarrollo, pero cuando es a diario, masivo, y cada vez mas fuerte, y la victima esta visiblemente afectada, ya es un caso de acoso.

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