Tuesday, March 8, 2011

La Psicologia de las Elecciones (o, por que votamos por este loco y no el otro)


En el 2006, Alejandro Toledo acabó su presidencia del Perú con una aprobación de menos de 10%. Ahora es el candidato con mayor probabilidad de salir elegido presidente, ocupando el primer lugar en todas las encuestas de los último 2 meses, entre 21% y 33% del voto. Es curioso, pero no aislado: el actual presidente, Alan Garcia, fue re-elegido a pesar que en 1990 tenía una aprobación igualmente nefasta, luego de que la inflación llegara a 8 millones % y el país estaba en una virtual guerra civil. Su cara estaba pintarrajeada en todos los afiches y en los libros de Historia en los colegios. Huyó del país y se alojó en Colombia y luego en París, mientras que se le acusaba de robar millones. Con estas elecciones seguidas al hilo, varios peruanos afirman que viven en el país sin memoria.

Sin embargo, el Perú no está solo. Las democracias en general parecen demostrar la misma amnesia. Miren las últimas elecciones parlamentarias en EEUU, el país supuéstamente simbólico de la democracia: en el 2006 y el 2008, corrieron a los Republicanos, acusándolos de malograr la economía. Hace 5 meses los Republicanos fueron elegidos nuevamente a tomar control del Congreso Estadounidense, bajo la promesa de que ellos iban a reparar la economía. Lo curioso es que lo único que prometían era volver a las propuestas del 2006, las mismas por las que el público los botó del Congreso.

Y tampoco es fenómeno nuevo en el Perú. Hay aquellos elitistas que dicen que la mala memoria es porque votan más personas ignorantes (datos: todos los hombres, incluyendo analfabetos, pueden votar desde 1931; las mujeres desde 1951). Sin embargo, en la época que únicamente votaban los hombres de la creme-de-la-creme, se eligió en 1895 a Nicolas de Piérola. Piérola será recordado como uno de los mejores presidentes peruanos, pero su elección para ser el que que dirija la Reconstrucción Nacional luego de la guerra con Chile fue curiosa: los historiadores lo señalan como el principal responsable de que se pierda la guerra, luego de su golpe de estado en pleno conflicto, con una pésima administración y finalmente una fuga cobarde cuando comenzara la invasión de Lima. En otras palabras: eligieron para que repare al país al hombre que causó el daño.

Entonces, ¿a que se debe?

No leemos la etiqueta, miramos la cara de Gianmarco. Cuando vas a comprar a Metro, Plaza Vea, Totus, o el Mercado Baratillo de Rímac, te pones a leer cuantas calorías, fibras, y ácidos tiene el producto en la lata? ¿Te pones a mirar cuantas uñas han sido clavadas en el mango? ¿Hueles al queso y el café, y te pones a ver de donde viene? Según la psicología social, solo como el 30% de personas lo hace. Para el otro cerca de 70%, esto toma mucho tiempo y no vale la pena. Mejor tomas el de la marca que ya conoces, el que tiene el envase mas atractivo, el que tiene el comercial gracioso que sale cuando dan Al Fondo Hay Sitio (“la tumboooo”), el que degustaste el otro día, el que está de moda, o el que compra tu abuela y tus amigos (“por ahi me contaron...”).

Lo mismo hacemos para las votaciones.

¿No me creen? A ver, levanten la mano los que escucharon los dos debates entre los 10 candidatos, investigaron a fondo el plan de gobierno de aquellos que más les gustó, se enteraron de quiénes estarían en el equipo de gobierno de cada uno, examinaron sus credenciales administrativas, recorrieron su currículum, y leyeron que tan bien han hecho su trabajo anterior. Y todos ustedes tienen en claro qué funciones hace un presidente en Perú, y como se diferencia de los poderes de un rey, ¿no? Y también están al tanto del presupuesto ejecutivo actual, y cuantos ingresos y gastos ya tiene el gobierno, ¿no cierto? Osea que son suficientemente vivos para saber cuales promesas de los candidatos simplemente no entran en el bolsillo nacional. También han leído y escuchado comentarios de analistas políticos sobre las necesidades emergentes del Perú en el siglo XXI, por supuesto.

Ya, bajen la mano, ustedes que son 1 o 2 de cada 5. Los demás ya se aburrieron leyendo el párrafo anterior hace raaato. ¡Y eso que no usé siglas como IGV y PBI! A ver, para captarlos nuevamente: TONGO SE AGARRO A MAGALY EN PLENO PARTIDO DE ALIANZA VS CIENCIANO. LESLIE SHAW VA A ESTAR EN “AL FONDO HAY SITIO”. REIMOND MANCO ES EL PAPA DEL HIJO DE JAIME BAYLY. Bienvenidos de vuelta. Si su orgullo aún los tienen incrédulos, y sus ojos no se han cansado, hay que mirar cómo eligen sus productos presidenciables:

1: La marca: Repasemos la lista de candidatos: el ex-presidente, su primer ministro, la hija de otro ex-presidente, el reciente ex-alcalde de Lima, y el hermano de un militar loco quien trato de hacer el comienzo de revolución al tomar una comisaría remota. Todos son personajes conocidos, o han explotado la imagen de otra persona conocido; todos son marcas. Una marca tambien es usada cuando se elige a quien sea que representa a un partido popular, pero en estos tiempos solo tenemos a uno de tamaño y actividad fuerte: Apra. Humala en la elección anterior aumentó el peso de campaña al también asociarse con una segunda marca: la de Hugo Chavez.

Algunos me dirian que son los 5 preferidos son los únicos que tienen experiencia administrativa politica. A estos les recuerdo que Humala no ha ejercido cargo politico, Keiko ha sido una congresista (usualmente ausente) y primera dama, y que los únicos otros postulantes iniciales que han tenido mas del 1% del voto fueron la candidata del partido politico verdaderamente activo, un escritor/animador de televisión, y un general retirado del cargo por insultar a los chilenos cuando estaba en una tranca. Esto se da en todos lados: miren las elecciones de Arnold Schwarzenegger y de Cristina Kirchner.

Sólamente nos rebelamos contra las marcas cuando todas se quedan desprestigiadas, y se promociona a un nuevo producto como el reemplazo salvador. Ej: la primera elección de Fujimori en la era 'anti-partido', la primera elección de 'Pachacutec' Toledo ante la amenaza de dictadura de Fujimori, y la elección de Barack Obama en un EEUU que entraba a crisis.


2: Imagen y primera impresión: Claro que usualmente no elegimos a cualquier pacharaco famoso; por ejemplo varias personas del entorno del futbol peruano han fallado en sus intentos en llegar al Congreso y a las alcaldias, teniendo suerte algunos pocos, y solo como regidores. Freddy Ternero y Alberto Tejada son excepciones, pero lo han logrado porque ya tenían cargos que parecian mas administrativos: entrenador y arbitro. Lo mismo se da con los tres presidentes de equipos de fútbol que se convirtieron en congresistas. En otras palabras, su imágen no era de un juergero ni un faulero tosco, sino de administradores profesionales y serios, o sino, por lo menos exitosos. También tenemos a algunas voleibolistas en cargos políticos. Pero hasta recientemente, las voleibolistas eran vistas como mas serias y triunfadoras que los futbolistas.

En su libro "Parpadeo" (Blink), el autor Malcolm Gladwell describe el curioso caso de Warren G. Harding, recordado como el peor presidente de los EEUU. Su gobierno desarrolló las medidas que llevaron a la caida de la bolsa de valores y la Gran Depresion. En lo internacional sus decisiones conducieron a la Segunda Guerra Mundial y comenzó las restricciones más fuertes de imigración. Bajó el desempleo pero aumentaron las huelgas, varias siendo violentas. Para remate, fue extremadamente corrupto. Harding era un inepto, quien terminó su gobierno siendo investigado por un escándalo. La investigación no se completó porque murió, aparentemente envenenado por su esposa, quien se hartó de las tres amantes que el tenía.

Claro, uno pensaría que el pueblo capaz no tenia forma de saber que era tan malo. Pero antes de ser presidente, Harding era un editor de un periódico, quien escribía y hablaba en una forma pomposa, complicada, y aburrida. Poco a poco, haciendo patería política, se convirtió en un senador, aunque faltaba frecuentemente, porponía poco, y más se dedicaba a la controversia, atacando al presidente Wilson. Para las elecciones presidenciales, no era el candidato preferido dentro de su partido. Pero su partido estaba muy dividido en cuanto a la política de los 2 candidatos mas capacitados, y ninguno de los otros candidatos se parecia a un presidente. Harding, en cambio, era alto, tenia una mirada seria y elegante, y hablaba de forma complicada que se podia confundir con inteligente. Tenia el "look" de un estereotípico presidente de los EEUU. Entonces se decidierion por el, y, dado que el pueblo queria cambiar de partido para esas elecciones, ganó las elecciones con el porcentaje más alto de la historia de EEUU: 60%. Todo porque a la primera impresión, parecía un presidente.

Ahora si le damos un vistaso a los 5 candidatos destacados, y que los diferencian de los otros 5 que aspiran a la Presidencia Peruana, nos damos cuenta que tienen en común que hablan fluído, con seguridad, enfocados en sus temas de campaña, y con seriedad. No tienen estatura y voz de pitufos, no están demostrando falta de vocabulización mientras que hablan sobre la educación, no están mirando al techo con cara de loco, y no parecen ser Ricardo Montalban en la Isla de La Fantasía mientras que hablan como vendedor viajero y describen que hacer con un chicote. Quien sabe si uno de los que habla mal o es enano tiene las mejores ideas, pero simplemente, no lo creemos como presidente(a).

3: Modas y consejos: todos nos juramos independientes, pero la realidad es que tendemos a llevarnos por los pensamientos y sentir de los demás. Si todos tus amigos y tu familia van a votar por un candidato, ya sea por ejemplo PPK, o por Humala, lo más probable es que sientas que tienes que votar por el mismo PPK o Humala. Vas a dudar de tu elección, y pensar que capaz hay algo equivocado en lo que percibes de tu candidato preferido. Total, los sigues para otras cosas que tienes que elegir en tu vida. Pueda ser que al final no les hagas caso, pero te va a costar.

Cito nuevamente a Malcolm Gladwell, quien describe en su libro "The Tipping Point" que las modas son originadas por tres tipos de personas: personas que estan muy interconectadas con varias otras personas ("se conoce a medio Lima"); personas que son respetados como expertos de almacenar la información y datos más utiles ("le voy a preguntar al tio Rigoberto, el siempre sabe"); y personas persuasivas, a las que le hacemos caso con tan solo sus gestos y tonalidad de voz. De ahi en adelante, dependiendo de que tan pegajosa es la idea, y el contexto en que se presenta, se desata una moda. Las popularidad siguen el mismo proceso. Y si no me creen, expliquenme por qué en la página de Facebook de Gaston Acurio, hay personas preguntándole por quién deberían votar.

4: Publicidad: no voy a dictar cátedra en este tema como si yo fuese publicista, ya que no lo soy y respeto los que practican aquella profesión. En resumen, en vez de describir las propuestas, usualmente tratan de afectar o cambiar los tres factores descritos antes, ya sea con campañas positivas o negativas, o un mensaje sencillo. Hay unas cuantos avisos que han cambiado la historia de las naciones, mientras que a veces tan solo falta una canción pegajosa. Lo adicional es que simplemente hacen que alguien sea conocido. No hay correlación entre número de avisos publicitarios y una elección exitosa, pero si queda claro esto: un candidato desconocido no es elegido.

Un ejemplo que resume todo esto. Cuando George W. Bush, un administrador fracasado y conocido alcohólico, se lanzó a ser gobernador de Texas, fracasó rotundamente la primera vez. Su campaña sólo se basaba en explotar la marca de su padre, el ex-presidente George Bush. Sin embargo hablaba como un pituco del Noreste, era torpe, y su rival era una gobernadora popular del partido Demócrata, en una época que ese partido era popular. Cuatro años más tarde, se lanza nuevamente y gana. Nuevamente explota el nombre de su padre, pero esta vez ajusta su imagen; se presenta como un sureño simplón y cucufato (lo cual hace que su ser torpe se vea como algo carismático), recibe el apoyo de los editores de periódicos de influencia, y aprovecha que en ese momento el partido Republicano estaba de moda como el partido de las personas morales. Otros cuatro años más tarde, a pesar de perder en los debates, no hacer nada destacable en su gobierno, tomar medidas que iban contra la opinión del pueblo, y seguir siendo torpe, gana rotundamente su re-elección.

Justamente yo trabajaba de encuestador en esa época, y me tocaba preguntarle a las personas por qué lo preferían. La respuesta universal: "No se. Confio en él porque la economía anda bien y por su nombre. Aparte dicen que puede ser el siguiente presidente." Nadie podía nombrar un solo logro suyo, y según los expertos, la economía simplemente coincidía con el "boom" de los 90s. Y con esa misma campaña, mas el comentario "es popular en Texas, por algo debe ser", y un par de jugadas políticas más que controversiales, se llevó el 50% de los votos en la campaña presidencial y fue declarado presidente de los EEUU.

¿Y que pasa cuando se dan casos extremos, donde las reglas se rompen, como las elecciones de Susy Diaz, la Cicciolina, el luchador Jesse Ventura, o el payaso Tiririca? Estas personas no tienen ideas, tampoco imágen, ni una marca asociada con administración o liderazgo, pero si tienen una mala campaña ("marca el 13"), y su popularidad parece ser en broma... pero salen elegidos. Estos casos solo se dan cuando el pueblo esta bien frustrado, y quiere mandar un mensaje de que si no se renueva el gobierno, prefieren a cualquier payaso.

Pero cuando la mayoría del pueblo se siente cómoda con la dirección general que esta yendo el país (osea, si hay mas plata), entonces elegimos a nuestro candidato Movistar Claro, y no al candidato del chicote.